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Miguel de Unamuno
El principal exponente de la Generación del 98 Don Miguel de Unamuno, nació en Bilbao en 1864. Allí transcurrió su infancia y adolescencia y donde fue testigo del asedio a su ciudad durante la Tercera Guerra Carlista. Esta experiencia de la guerra civil, sin dudas, marcó su paso de la infancia a la adolescencia, lo cual se verá reflejado en su primera novela, Paz en la guerra.
Después de recibir, en 1880, su título de Bachiller en Artes se trasladó a Madrid donde, en 1883, obtuvo su Licenciatura en Filosofía y Letras con tan sólo diecinueve años y con una calificación de sobresaliente en el examen de Grado de dicha licenciatura. Un año después, se doctoró con una tesis sobre la lengua vasca: Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca.
En 1884 comenzó a trabajar en un colegio como profesor de latín y psicología.
El 31 de enero de 1891, se casó en Guernica con Concepción Lizárraga Ecenarro, de la que estaba enamorado desde niño y con quien tuvo nueve hijos: Fernando, Pablo, Raimundo, Salomé, Felisa, José, María, Rafael y Ramón. Ese mismo año, Unamuno obtiene la Cátedra de Griego en la Universidad de Salamanca.
Desde entonces, su nombre va unido a la ciudad de Salamanca, donde vivió la mayor parte de su vida y en cuya Universidad además de regentear la Cátedra de Griego, fue Rector de la misma, cargo que llegó a ostentar tres veces.
En 1914, por motivos políticos, fue destituido de su puesto de rector y desde 1924 hasta 1930 vivió desterrado en Hendaya (Francia). A su regreso, después de la caída de Primo de Rivera, se le restituyó en el cargo de Rector de la Universidad de Salamanca.
Unos meses antes de su muerte, el 12 de octubre de 1936, durante el acto que se celebró en el paraninfo de la Universidad de Salamanca; al término de los parlamentos, y para cerrar el acto, decidió intervenir con estas ya célebres palabras: "La nuestra es una guerra incivil. Nací arrullado por una guerra civil y sé lo que digo. Vencer no es convencer y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión; el odio a la inteligencia".
Las consecuencias de este discurso fueron para Unamuno devastadoras ya que fue depuesto como rector y se lo despojó de su dignidad como alcalde vitalicio de Salamanca y se vedó la cátedra que llevaba su nombre.
Miguel de Unamuno fue recluido en su domicilio de la calle Bordadores, y aunque oficialmente no estaba arrestado, sino sólo "protegido", en la puerta de su casa hacían guardia militares que tenían órdenes de "disparar a matar" si el escritor intentaba fugarse.
Durante los últimos meses de su vida Unamuno estuvo confinado, y mientras estaba recluido siguió escribiendo. Compuso numerosos poemas e inició un ensayo, y a pesar del duro control sobre su correspondencia, pudo mantener un vínculo epistolar fluido con amigos de España y del extranjero.
Lamentablemente, Unamuno vivió sus últimos días inmerso en una profunda tristeza, sin su ya fallecida esposa y compañera.
Murió el último día del trágico año 1936 en Salamanca.
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El arte de la pajarita de papel
Miguel de Unamuno
Prólogo de Fernando R. de la Flor
Colección Tragos, 4
ISBN: 978-84-15739-40-1
96 páginas.
11 cm. x 11 cm.